Tercera parte
Entro y percibo miles de sentimientos aunque casi no hay personas en ella , pero de sus paredes cuelgan pedados de carne, corazón, odio, orgullo y miles de otros sentimientos.
Al final del pasillo veo un señor mayor, unos 70 años talvez, tenía su mirada encrustada en un cuadro que representaba una esquina de una calle de lastre.
Por su sien entro cuidadosamente y siento como aquel señor no solo ve el cuadro sino que succiona las imágenes y colores como drácula en el cuello de su amante.
Para él no es un simple dibujo, es una ventana a su pasado , a su felicidad ya marchita, su ser se desprende para ingresar por aquella ventana y me deja solo en ese cuerpo maltrecho y agotado.
Me dispongo a seguirlo pero aquel lugar es tan personal, tan cerrado como una caníca en la que puedes ver su interior pero nunca tocar su contenido.
Salgo de él y la vida con su espada de ironía me da su estocada final, a la par de aquel anciano un cuadro del Quijote me ve con su mirada cansada queriendo pasar hacia este lado de su ventana.
***para que no me maten los amantes del arte .. la imagen es de Salvador Dalì (figura en la ventana,1925)
Mae... me encantó el final de esta parte... introducir al quijote... algo no esperado...
ResponderEliminarGracias dolor de muelas realmente aprecio que saques el tiempo para plasmar tus comentarios.
ResponderEliminarMe hubiera gustado poner una imagen del cuadro del quijote.. pero no encontré ninguna, para los que conocen el trabajo de Hugo Sanchez les será conocido.
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