24 junio 2010

El día de un día


Le despiertan los gallos con su canto
un poco ruidosos pero no para tanto
abre sus ojos despacio y desconfiado
de la oscuridad que está en todo lado

poco a poco empieza a calentar la faz de la tierra
el prefiere llamarla por su nombre formal "ERA"
curioso su luz ojea los rincones
y va calentando de los hombres sus corazones

Como un niño que juguetea en el campo
feliz y contento se escucha su canto
los hombres con sus martillos crean el compás
y la canción de la rutina suena una vez más

Son las doce y las campanas las nombran
mientras que asfixiadas buscan una sombra
él se siente invencible, radiante, poderoso
su calor y fuerza despliega honroso

En un arrebato de cordura
en medio de aquella locura
ve regar las plantas con su propio sudor
al humilde y siempre bueno agricultor

Ve a las niñas de cabelleras onduladas
caminar de la mano con las mejillas sonrosadas
ve a los pájaros buscar una fuente
para refrescar sus patitas y su frente

Avergonzado y triste deja salir su llanto
y los hombres ven caer lluvia de lo alto
enfurecido por su actitud egoísta, desinteresada
golpea sus manos con actitud aireada
de ellas se desprenden ruidosas
centellas brillantes, asombrosas

Cuando su dolor y furia logra calmar
escucha a los hombres y pájaros cantar
asombrado abre sus ojos gigantes
tratando de entender aquel acontecimiento interesante

Sus lágrimas han dado verde al mundo
el agua se ha llevado el olor inmundo
un anciano se mece contemplativo
comparando los colores con lo que ha vivido

Nuestro amigo complacido reflexiona
y por su boca media luna se asoma
es hora de dormir tranquilo mi amigo
porque hiciste una gran labor te digo.