28 febrero 2010

Ese maldito error


Caminas todos los días pero ese día tropezaste
mientras te lames las heridas te llueven los por qué?
El miedo te invade en medio de tu desorientación

En ese momento algún cabello pierde su color
y la chispa de tu ojos se apaga por un fuerte viento
con tu compacta concentración intentas devolver el reloj
pero este sin tener la decencia de volverte a ver
sigue su camino constante y exacto.

Se arma una discusión a gritos en la pensión de tu pecho
mientras del cielo caen sencillas y ligeras, pero asfixiantes,
las posibles acciones que debiste o no hacer.

Mientras te hundes en la miseria auto-generada
te das cuenta que cavando no vas a llegar a China
y es en ese preciso momento cuando inicias
el cansado y lento pero reconfortante ascenso.



21 febrero 2010

visita de dante al décimo círculo


Virgilio:
Antes de iniciar el asenso
algo he de confesar
pero causa tanto temor en mi
que lo quisiera evitar.

existe un décimo círculo profundo y oscuro,
tan tenebroso ha de ser
que lo evita el mismo lucifer.

toma mi mano firme y fuertemente
te bajaré muy suave y despacio
al lugar donde no existe tiempo ni espacio.

pero escucha muy bien lo que te diré
no te sueltes nunca de mi mano
porque irte a buscar nadie lo hará en su juicio sano.

Dante:
En este círculo no hay nada
ni sonido ni silencio
no escucho ni lo que pienso

Virgilio por la amistad que hemos forjado
sacadme de aquí lo más pronto posible
aquí mi vida se ha vuelto invisible.

aquí no existe ni la esperanza ni el dolor
ni los recuerdos de amargo sabor

no recuerdo si he amado o llorado
mucho menos si alguna vez fui odiado

ahora aprecio el tener un futuro
y no estar aquí donde el tiempo se detuvo

no importa si este futuro es bueno o malo
el seguir es lo que me hace humano

aunque los muertos hayan muerto
es aquí donde pierden la vida

es como si la existencia me ignorara
y a la vez con malicia se burlara.

Si Dios en es la palabra
este lugar es el silencio.



ilustración de Gustavo Doré tomada de "La divina Comedia",Editat 2003


01 febrero 2010

Siguiendo tus curvas


Tu espalda me recuerda aquella carretera camino a Liberia
interminable, ancha, hermosa
donde los atardeceres mueren con dignidad
donde se divisan suaves y doradas lomas

Tu cintura al igual que las vueltas de Tarbaca
son irremediablemente peligrosas y emocionantes.
Como un largo e interminable tren
mis brazos quisieran abarcarlas completamente
y solo detenerse en tu ombligo a descansar,
recorrer con los dedos los minúsculos vellos
como un niño descalzo en una sabana.

Recorrer tu cadera es como cruzar el Zurqui
todos los sentidos están alerta,
listo para captar el menor detalle
de belleza o de peligro.
Una mano pequeña como un vocho
o grande como un trailer
podría descansar en la orilla
sin temor a caer al precipicio.

A veces veo nubes recorriendo tus pechos
al igual que lo hacen con los volcanes
tratando de esconder lo que sabes que está allí.


Pero si hay algo realmente peligroso en ti,
es el camino de tu oreja hasta el hombro,
no hay en Costa Rica, ni en el mundo,
camino más peligroso.
El olor a piel y cabello podrían enloquecer al mas cuerdo conductor
la vertiginosidad de tu hombro es letal para un hombre de pocos frenos
La adrenalina es mil veces mayor que cruzar la cordillera de Talamanca
y la vista mucho mejor.

El aire es tan fresco,
la vista tan distrallente,
el camino tan delgado,
el piso tan resbaladizo y dorado,
que solo los hombres de corazón fuerte
se atreverían a cruzar.