cuando la cama esta muy fría,
cuando abunda el silencio,
cuando llega a mi mente un chiste que no te había contado,
cuando no me acuerdo del nombre de algún conocido,
cuando, en la casa, doblo las esquinas con cuidado para no chocar contigo.
Es en ese momento que masajeo los recuerdos en mi pelo,
dejo que la herida sangre un poquito para que no encone,
rumio el dolor un par de segundo y luego
dejo que se vaya la ardiente barcaza fúnebre
tal vez impulsada por el viento de una palabrota,
después doy media vuelta y sigo caminando de cara al viento.
Y yo pasé por acá a saludarte y me quedo.
ResponderEliminarLa frase que me congeló de gusto por segundos fue: "cuando, en la casa, doblo las esquinas con cuidado para no chocar contigo"
MA RA VI LLO SO.
Un abrazo, y que disfrutes del café que seguro te seguís tomando.
:)
Gracias Natalia y gracias a tu post fue un excelente café
ResponderEliminarPuchis... Siento como sí hubieras leído mi corazón...
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