La Soledad

Entro por una pequeña ventana a un lugar donde hay muchas personas sentadas comiendo, la gente lo llama foodcourt .
Hay tantas personas!, está la pareja de adolescentes que se sonrojan por todo, el grupo de colegiales con sus rituales de cortejo, las familias que no pueden controlar sus inquietos hijos, los trabajadores de los restaurantes comiendo alimentos de otras marcas, la flota de miscelaneos hormigas recogiendo regueros, los repartidores de papelitos que terminaran inevitablemente en la basura.

El murmullo se empieza a convertir en arenas movedizas devorando cualquier palabra o sonido intelegible, girando cada vez más rápido , más ruidoso, más deforme, me asusto no tanto por las arenas que me empiezan a tragar, sino, porque sé lo que hay en el fondo de ese abismo.

En el fondo está la caribdis de Odiseo, el leviatán, el gusano de Beetlejuice, el terrible monstruo que devora las almas y las esperanzas dejando a las personas tan transparentes como el fantasma de Canterville, torturados como el socio de Ebenezer Scrooge... ese ese monstruo es la soledad y nunca se está mas solo que dentro de una muchedumbre.

Apenas logro agarrarme de la mirada de una niña que sigue a su papa mientras este pelea por la comida favorita de su hijos, ella no escucha el murmullo, no ve la gente, no se hunde en sus pensamientos, ella está anclada a la simple esperanza de comer aquella comida chatarra que culpará y odiará cuando este grande pero que por ahora es toda una aventura.